Carpooling corporativo: compartir coche al ir y volver al trabajo, de la ley a la ventaja competitiva
Cuando compartir coche al trabajo deja de ser una opción y se convierte en una estrategia de valor
Carpooling corporativo: cómo cumplir la ley y ganar valor
¿Sabías que cada día miles de empleados hacen el mismo trayecto hasta el trabajo… pero en coches diferentes?
El carpooling, o coche compartido, propone algo tan simple como eficiente: que varias personas con trayectos similares viajen juntas en un mismo vehículo.
Esta solución de movilidad colaborativa no solo reduce emisiones y costes, sino que ya es parte de las obligaciones legales para muchas empresas en España. Y lo mejor: puede ser también una gran oportunidad para innovar desde dentro.
¿Qué es el carpooling?
Carpooling es el término anglosajón para definir el uso compartido del coche en trayectos habituales, como el viaje de casa al trabajo.
No se trata de transporte profesional, sino de una solución en la que compañeros de empresa comparten vehículo, reduciendo así el número de coches en circulación, el consumo de combustible y las emisiones contaminantes.
En palabras del artículo 26 de la Ley de Movilidad Sostenible, se entiende por:
«Servicios de movilidad colaborativa o ‘carpooling’: servicios en los que varios usuarios comparten en un mismo viaje un vehículo terrestre a motor…»
Este reconocimiento explícito convierte el carpooling en una herramienta legalmente válida dentro del marco de la movilidad limpia, compartida y eficiente.
¿Qué exige la ley?
La Ley de Movilidad Sostenible, actualmente en tramitación, introduce un cambio estructural para las organizaciones con mayor huella laboral.
1. Obligación para grandes empresas
Según el artículo 27, estarán obligadas a elaborar Planes de Movilidad Sostenible al Trabajo:
- Empresas con más de 500 empleados por centro de trabajo o 250 por turno.
- Entidades públicas estatales con el mismo umbral de plantilla.
- Otras entidades, públicas o privadas, si así lo decide la administración competente.
Además, la ley establece un plazo de 24 meses desde su entrada en vigor para disponer de dichos planes, y contempla una disposición transitoria para que estas obligaciones se incorporen progresivamente a los convenios colectivos.
2. Contenido obligatorio del plan
Los planes deben incluir, al menos:
- Diagnóstico de los desplazamientos laborales: cómo se desplazan los trabajadores, desde dónde, con qué costes y qué impacto generan.
- Objetivos cuantificables: reducción de emisiones, incremento del uso de modos compartidos y colaborativos.
- Medidas concretas, entre las que se menciona expresamente el fomento del uso compartido del coche (carpooling), junto con otras como transporte colectivo, horarios flexibles, infraestructuras específicas, y teletrabajo.
También se deben tener en cuenta los flujos de personas externas (visitantes, proveedores, etc.), no solo los empleados.
Más allá del papel: seguimiento, transparencia y participación
Uno de los aspectos más transformadores del marco legal es que los planes no se quedan en el papel. Según la ley:
- El seguimiento será obligatorio, con informes bianuales sobre la implantación de medidas, incluyendo datos sobre uso real del carpooling y reducción de la huella de carbono.
- La negociación con la representación legal de los trabajadores es obligatoria, o bien con una comisión con participación sindical si no hay representación formal.
- El plan deberá registrarse en el Espacio de Datos Integrado de Movilidad (EDIM), lo que implica estructurar los datos para facilitar su análisis y posible comparabilidad entre organizaciones.
Además, el Documento de Orientaciones para la Movilidad Sostenible (DOMOS) exige explícitamente que se fomente la movilidad compartida como parte de la transición hacia modelos de bajas emisiones.
Empresas que ya están actuando
Empresas como Mercadona, Iberostar, Atresmedia o Mercedes-Benz ya han incorporado soluciones de carpooling estructurado mediante plataformas como Joinup, obteniendo beneficios claros:
- Hasta un 40 % de participación en coche compartido.
- Reducción significativa de emisiones de CO₂.
- Ahorro en costes operativos y menor necesidad de plazas de aparcamiento.
- Mayor cohesión entre empleados y facilidad para atraer talento.
Estas empresas han demostrado que no solo es posible cumplir la normativa, sino hacerlo con impacto positivo real y medible.
¿Y si compartir coche fuera la nueva normalidad?
Las señales de cambio no vienen solo del ámbito empresarial. Ya se plantea limitar la tenencia de varios coches por hogar, lo que apunta a un cambio cultural profundo en la manera de entender la movilidad.
En este contexto, el carpooling no es solo una medida técnica. Es una forma de liderar el cambio con propósito, alinear tu empresa con la nueva legislación, y generar un impacto positivo tanto interno como externo.
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